Rehabilitación de hombro: tendinitis.
La tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, que es la fibra que mantiene unidos los músculos y los huesos. Es una lesión que provoca dolor localizado y aumenta la sensibilidad en la zona en la que se sufre. Algunos nombres relacionados con este tipo de lesiones son el codo de tenista o de golfista, el hombro de nadador o la rodilla de saltador.
Normalmente la tendinitis se produce por un sobreesfuerzo puntual a la hora de realizar un ejercicio explosivo, o por la excesiva carga y recarga del hombro en una serie de ejercicios o acciones continuadas. Podemos sufrir una tendinitis en el gimnasio, en el trabajo, practicando deporte o incluso con acciones cotidianas como cargar las bolsas de la compra. La gravedad de la lesión dependerá lógicamente, de la intensidad del movimiento que se haya realizado, y el proceso de cura y recuperación variará en función de esta cuestión de igual modo.
Normalmente, cuando la tendinitis es leve y se ha producido en unas circunstancias lesivas no muy graves (por cargar poco peso o hacer un ejercicio a intensidad leve o moderada), el mero reposo de la zona afectada simultaneado con medicamentos para tratar el dolor es suficiente para lograr una recuperación completa. A medida que la gravedad sintomatológica se incrementa podemos llegar a necesitar otros cuidados como la rehabilitación, la toma de determinados medicamentos o, en los casos más graves, la cirugía.
Los síntomas identificativos de la tendinitis, sin detrimento nunca de la necesidad de consultar con un especialista, son los siguientes:
- Dolor localizado en la zona afectada que se incrementa con el movimiento del brazo o del hombro (o de la articulación en la que hayamos sufrido la lesión).
- Alta sensibilidad ante diferentes coyunturas como frío, choques, estiramientos, etc.
- Hinchazón leve de la zona afectada.
Siendo fácilmente identificables, estos síntomas pueden estar asociados también a otras dolencias diferentes a la tendinitis, por lo que es de vital importancia consultar con un especialista. Te invitamos a pedir cita con uno de nuestros profesionales para que pueda asesorarte lo mejor posible, a fin de que vuelvas a recuperar la naturalidad mecánica lo antes posible:
Existen factores de riesgo asociados a la tendinitis que resultan clave a la hora de poder evaluar nuestros síntomas, ya que en ocasiones no es sencillo identificar cuál fue el momento concreto de la lesión y la dolencia aparece gradualmente por la excesiva y continuada carga de una zona. Es frecuente, de hecho, que sintamos ciertas molestias al cargar una zona por la profesión desempeñada o por el ejercicio físico a las que estemos acostumbrados (por ser resultado de una carga frecuente a la que estamos ya acostumbrados) y que sin querer traspasemos la línea de la lesión, no identificando cuál ha sido el origen de esta. Algunos factores de riesgo clave que nos pueden orientar para esclarecer el momento de la producción del daño son:
- La edad: como tantas otras lesiones, la tendinitis puede aparecer ante la ineficacia de los tejidos corporales para hacer frente a los movimientos del día a día. Esta suele ir asociada a la edad de las personas. Cuanto mayores somos, más probabilidades tenemos de sufrir una tendinitis por movimientos relacionados con la actividad del día a día.
- Profesión: muchas veces es la actividad laboral la que nos puede conducir a sufrir una tendinitis. Empleos que favorecen situaciones tales como las posiciones incómodas (oficinas mal equipadas, trabajos de carga) y los movimientos continuados (trabajos físicos y exigentes a nivel articular) son tendentes a desembocar en tendinitis varias, en especial en la articulación del hombro.
- El deporte: el deporte es muy bueno para la salud, sin embargo, su abuso o mala realización es con frecuencia motivo de necesidad de atención cualificada. La natación, el béisbol, la calistenia, el fútbol o los bolos pueden acarrear la aparición de molestias asociadas a la excesiva o traumática utilización de una articulación como es la tendinitis.
Lo más importante ante la aparición de los síntomas es tomar conciencia y prudencia del estado de la articulación, procurar reposar en la medida de lo posible e, inmediatamente después, acudir a un centro especializado para que un profesional realice un diagnóstico adecuado. Te recordamos que tienes las puertas de Castellana Rehabilitación abiertas siempre para cuidar de tu salud, nos encontramos en el Paseo de la Castellana nº 177, en Madrid.
Os dejamos, finalmente, una serie de consejos prácticos para prevenir la tendinitis. En Castellana Rehabilitación estamos encantados de atenderte, pero si puedes prevenir la lesión, ¡también nos alegraremos un montón!
- Calienta antes de hacer ejercicio: realiza movimientos rotatorios suaves y ejercicios de baja intensidad e incluso andar a pie o en bicicleta suavemente durante 15 o 20 minutos antes de pasar a una actividad física más intensa.
- Trata de adoptar la técnica y postura correcta tanto al hacer deporte, como al trabajar como al realizar acciones en la vida cotidiana. Muchas veces el ejercicio de posturas contraintuitivas o simplemente descuidadas puede conducirnos a una tendinitis derivada del abandono de la buena práctica en múltiples actividades.
- Estira: después de hacer ejercicio, realizar estiramientos en la medida de nuestras posibilidades, pausados y acompasados con la respiración, nos ayudará a ganar flexibilidad y a prevenir diferentes lesiones. Igualmente, los estiramientos son muy recomendables para la vida diaria a través de rutinas cortas de ejercicios como el yoga, sin necesariamente haber realizado una actividad deportiva antes.
La rehabilitación no sólo tiene la misión de ayudarte a recuperarte de una lesión o a paliar un dolor, sino que es clave también para ayudarnos a crear unos buenos hábitos que nos ayuden a evitar malas posturas o costumbres. Nuestro centro siempre está abierto para el cuidado de tu salud. ¡Visítanos!