Son muchos los beneficios del deporte siempre que sepamos cuidar de nuestro cuerpo en el proceso. No sobrecargarse, la preparación física previa y mantener una higiene postural adecuada es clave para seguir disfrutando de esta disciplina a lo largo de los años. Sin embargo, nos exponemos a sufrir lesiones que, si no les prestamos la atención y el tiempo necesarios pueden ser determinantes. La reincorporación en el mundo del deporte tras un esguince, una luxación o un hombro dislocado mal curado tendrá mucho más peligro y, además, conseguirá que nuestro desempeño sea menos efectivo en la práctica; nos impedirá alcanzar nuestro máximo potencial.

La readaptación deportiva es el proceso mediante el cual preparamos a nuestro cuerpo para reinsertarse en el mundo del deporte de manera óptima después de haber sufrido una lesión. La fisioterapia será la clave durante la recuperación y el deportista será acompañado por profesionales que no sólo buscarán la mejoría de la lesión sino también de nuestra higiene postural y forma física para evitar el riesgo de futuras agravios, puesto que, tras sufrir una lesión, el riesgo de recaída se dobla. Ser acompañado por nutricionistas, psicólogos, médicos y entrenadores de igual manera impulsará el proceso de recuperación. Es importante no confundir la readaptación deportiva con rehabilitación. En este sentido vamos un poco más allá dado que no buscamos únicamente la recuperación del estado físico habitual sino una mejoría en este para que la reinserción en el mundo del deporte sea sin riesgos, efectiva y, sobre todo, sin frustración para el paciente.

FASES READAPTACIÓN DEPORTIVA

Tras haber obtenido el trato clínico necesario y tener un diagnóstico médico, comienza la recuperación fisioterapéutica, en la cual el deportista necesitará métodos para gestionar las situaciones estresantes o dolorosas. Una readaptación física contiene un factor psicológico muy fuerte. La lesión deportiva es uno de los inconvenientes más importantes para el rendimiento de un deportista, ya que es una fuente de tensión, dolor y dudas.

Tras acudir a un fisioterapeuta, si queremos regresar al mundo del deporte preparados para el impacto físico que esto supone, deberemos ponernos en manos de un preparador físico recuperador, licenciado en educación física especializado en biomecánica de lesiones y readaptación al gesto deportivo. Él será quien llevará un exhaustivo control sobre tus objetivos deportivos, el volumen, el número de series y repeticiones, la intensidad… Deberá adaptar este nivel de exigencia no únicamente al estado físico del paciente (como los niveles de resistencia y fuerza) y a su lesión, sino a la disciplina deportiva que practica, o la tarea específica que desempeña en el campo. En conclusión, completará la tarea de un fisioterapeuta, ofreciendo al deportista ese paso más allá que necesita.

Tras la readaptación, en la cual se trabaja el impacto de esa situación traumática, llega el reentrenamiento, en el cual buscaremos la recuperación de los niveles de rendimiento que el deportista alcanzaba previamente a la lesión. El tiempo sin entrenamiento va a encargarse de llevarse los resultados por los que en su día trabajamos. Por ello acompañarse de un profesional para recuperar esa fuerza, flexibilidad y control del movimiento sin peligro y de una manera eficaz, será vital para que la incorporación no sea frustrante para el deportista.

LESIONES DEPORTIVAS

Probablemente las lesiones tendinosas son de las más complejas de sanar sin recaídas dado que pueden provocar una carencia de flexión con secuelas funcionales considerables. Dependerá en gran medida de que se forme una cicatriz sólida y, por supuesto del seguimiento diario. Se trabajará en una movilización activa y pasiva de manera controlada, así como en la realización de entrenamientos isométricos para aprender a mantener la fuerza y mejorar la estabilización.

Para las luxaciones y dislocaciones los ejercicios isométricos también son muy recomendables a la vez que tratamos de ampliar el rango del movimiento y el fisioterapeuta realiza tratamientos descontracturantes. En segunda instancia se entrenará la fuerza con bandas elásticas o cargas leves y, poco a poco, se irán introduciendo ejercicios de desestabilización y fuerza más exigentes.

Respecto a las lesiones óseas, una vez se haya superado un periodo de inmovilización y fisioterapia, la readaptación pasará por ejercicios de apoyo y fuerza, así como de control del movimiento y agilidad. En este tipo de lesiones es fundamental la segunda fase de la readaptación; el entrenamiento. Debemos acudir a un profesional que sepa la presión y exigencias a aplicar según el paciente ya que un ligero exceso puede causar grandes perjuicios.

PSICOLOGÍA Y READAPTACIÓN DEPORTIVA

A lo largo del proceso el deportista puede sentirse saturado por la situación o dejar de ser constante por una fuerte desmotivación. El impacto de recibir asesoramiento y estrategias psicológicas de afrontamiento, motivación y adhesión es crucial. Debemos aprender a plantearnos objetivos realistas y a ser pacientes con nuestro cuerpo. ¿Sabías que, en el caso del fútbol, un 47% se retiran a causa de una lesión crónica o aguda? A menudo, más que la propia lesión, son los factores personales y situacionales los que nos hacen abandonar, precisamente por no contar con asesoramiento para adherirse al entrenamiento y dejar que estos factores nos sobrepasen.

 

Para concluir, en Castellana Rehabilitación apostamos por los recursos humanos poniendo a tu disposición fisioterapeutas, psicólogos, nutricionistas, médicos, readaptadores funcionales y entrenadores, así como recursos tecnológicos (resonancias magnéticas, ecógrafos o plataformas vibratorias) para llevar el proceso de recuperación de la manera más amena posible para el paciente. Seguir disfrutando del deporte es tu trabajo, de lo demás nos encargamos nosotros. Visítanos en el Paseo de la Castellana, Nº177, Madrid.